El crisol de grafito se destaca como un componente fundamental en el sector industrial, demostrando ser indispensable para la fundición de metales. No solo facilita este proceso, sino que también mantiene los metales en estado líquido al transmitir eficientemente calor desde una fuente de energía externa. Múltiples portadores de energía, como aceite, gas, electricidad y carbón, se utilizan para mantener el calor necesario para la fusión. La eficiencia de la fuente de calor afecta significativamente el rendimiento del crisol, influyendo en el proceso de fusión.